Hablemos de música. Como melómanas reputadas, en Oh la là! Comunicació somos fieles usuarias de Spotify tanto a título personal como empresarial. De hecho, para aquellos despistados que aún no la conozcáis, aquí os dejamos nuestra playlist oficial capaz de amenizar hasta el día de curro más complicado, ese en el que te piden algo para ayer o en el que se cae Hootsuite y todos tus superposts perfectamente programados desaparecen sin dejar rastro.

Dicho esto, ahora que ya hemos hecho un poquito de spam en beneficio de vuestros oídos, pasamos a contaros cómo podéis introducir Spotify en vuestra estrategia de marketing digital porque, creednos, merece la pena.

A diferencia de sus competidores Apple Music, Amazon Music o YouTube Music, desde su nacimiento en 2008, Spotify se ha marcado un objetivo único: ofrecer a sus usuarios música en streaming. Tirando por el suelo el mantra “Divide y vencerás”, esta especialización ha llevado a la plataforma a convertirse en el referente principal de este tipo de servicio. Tanto es así que, según los últimos datos brindados por el EGM (Estudio General de Medios), Spotify es el líder absoluto de escucha vía streaming con más de 140 millones de cuentas activas, de las cuales un 30% son de formato Premium.

Desde una óptica marketiniana, en los últimos tiempos Spotify (Spoti para los amiguis) ha sabido evolucionar y colocarse en el mapa de redes sociales a explotar por las marcas; lo que, como profesionales, nos plantea el reto de sacarle el mayor partido posible.

En resumen, desde el punto de vista de una compañía, existen dos vías principales para sacar partido a Spotify: estrategia o publicidad. Es cierto que la publicidad también puede formar parte de una estrategia de marketing digital, pero en este caso, cuando hablamos de estrategia nos referimos a exprimirnos la sesera para que el uso de Spotify adquiera importancia dentro de nuestro plan de inbound marketing.

Como ya imaginaréis, esto último es lo que a nosotras más nos gusta: rompernos la cabeza y crear contenidos que catapulten a nuestros clientes a lo más alto.

La principal herramienta que ofrece Spotify en ese sentido son sus playlists. Crear una branded playlist que se ajuste a nosotros es una manera inteligente y divertida de incluir esta red social en nuestro plan de contenidos.

Por ejemplo, Adidas cuenta con una recopilación de playlists específicas para runners con canciones según la intensidad del entrenamiento. Por su parte, Pull&Bear, almacena numerosas listas de distintos estilos dirigidas directamente al target de la marca. Y nuestra favorita, Barilla, que a principios de año daba el campanazo con playlists para cronometrar el tiempo de cocción de sus distintos tipos de pastas (una genialidad y la solución para que miles de estudiantes dejen de comer macarrones pasados).

Además, una vez listas nuestras branded playlists, podremos compartirlas en nuestra página web a través de una opción que ofrece directamente la propia plataforma. De este modo, conseguiremos que estas ganen visibilidad y alegrarles la vida a aquellos que entren en nuestra website (pssst… ¡mira nuestro footer!)

Otra opción alternativa a las playlists y que también nos ofrece Spotify de forma gratuita es la de crear un podcast. Un podcast a la medida de tu audiencia que hable de temas relacionados con tu marca y que puedan interesar a tu target. Este es el caso de IKEA, que la semana pasada desechaba su mítico catálogo físico –un minuto de silencio– para dar paso a su nuevo formato “The IKEA Audio Catalog”, el que vaticinamos se convertirá muy pronto en la madre de todos los podcasts de decoración (sorry, Marie Kondo).

Pero… ¿y si lo que quiero es invertir en publicidad?

 

Si ya has dejado el tema de las playlist y los podcasts porque no encuentras la forma de casarlo con tu marca o quieres darle un valor añadido a tu propuesta, Spotify también nos facilita distintas formas de incorporar la publicidad a su aplicación. Os contamos:

    • Anuncios de audio: seguro que estas son las que más os suenan. Es más, si sois usuarios activos, puede que hasta os sepáis alguna de memoria. Estas cuñas son clips publicitarios de 30 segundos que surgen cada 15 minutos de reproducción continuada en cuentas que no son Premium e incluyen una imagen de portada y un enlace al site o redes sociales del anunciante.
    • Video Takeover: spots de entre 15 y 30 segundos que se muestran cuando los usuarios están navegando por el catálogo en busca de nuevos temazos. Estos incluyen un banner complementario con call to action que redirige el tráfico a la web del anunciante.
    • Sponsored Session: media hora larga de música sin interrupción a la salud de la marca en cuestión. El sueño de cualquier usuario que se niegue a pagar el Premium y solo por ver un vídeo publicitario. Eso sí, luego no te preguntes por qué cuando vas al súper compras esas patatas fritas y no las de la competencia.
    • Sponsored Playlist: es decir, patrocinar alguna de las listas top de Spotify para conectar con tu target a través de sus gustos musicales.
    • Overlay: se muestra cuando los usuarios entran en la aplicación. Los overlays suelen darnos la bienvenida a la app y también pueden incluir un call to action que incentive el tráfico a la web del anunciante. Así que si optas por esta opción, asegúrate de que sea como uno de esos felpudos que cuando los ves, dices “ojalá tuviese yo esto en la puerta de mi casa”.
    • Homepage Takeover: 24 horas en primera plana. Un día entero en la página de inicio a través de un display clicable que admite contenido multimedia con elementos interactivos. Una suerte de call to action, vamos.
    • Megabanner: este último no tiene misterio. Es eso, un banner, un banner de los de toda la vida.

 

Como veis, Spotify ha evolucionado muchísimo desde su nacimiento hace más de 10 años, algo que, sumado al auge del audio, nos ofrece posibilidades verdaderamente interesantes. Y es que, además de ser una de esas cosas en la vida que crea comunidad (como el fútbol o las croquetas), la música también puede integrarse en la identidad corporativa de una marca. Palabra de Oh la là!