Todos hemos oído hablar sobre la imagen corporativa, ese concepto abstracto que hace referencia a la percepción que tiene el público sobre una organización. A diferencia de la identidad de la empresa, que se centra a definir de forma conveniente los elementos que definirán la personalidad de cada institución, la imagen corporativa pone el énfasis en la recepción, en el público. Este tipo de información expone al público la significación de la empresa y los valores de la marca. Así, la imagen corporativa intenta responder a la pregunta ¿cuál es la imagen que tiene una persona sobre mi empresa?
Como habrás deducido, la identidad de la empresa influencia considerablemente la imagen corporativa. Es decir, la imagen y mensajes que se lanzan desde una empresa o institución tienen un impacto importante sobre la percepción de los públicos. Sin embargo, existen otros factores ajenos a la empresa que pueden influir en la percepción del público, como los contenidos publicados en medios de comunicación o la opinión pública. Por ello, en este artículo te vamos a explicar cómo diseñar una imagen corporativa eficaz. ¡Allá vamos!
Pasos a seguir para definir la imagen corporativa
Antes de centrarnos en la imagen corporativa es necesario que hayas definido tu identidad corporativa: para valorar qué percepción tiene el usuario de la organización primero se tienen que haber definido los elementos que van a definir la empresa. Así, debes empezar con tres preguntas: ¿Cómo me llamo? (elegir un nombre), ¿Cómo soy? (definir la personalidad de la empresa) y ¿Cómo quiero ser recordado? (delimitar los objetivos, mensajes, públicos).
El naming o proceso de elección de un nombre para la empresa es uno de los elementos claves a nivel de identidad y el primer impacto sobre el público. Lo más recomendable es que el nombre de tu empresa sea corto, fácil de pronunciar y que relacione la empresa con la actividad o sector en la que se enmarca. Ten en cuenta que este proceso puede ser complejo y que hasta existen agencias que se dedican exclusivamente al proceso del naming.
El ser humano es principalmente visual, por lo que el cerebro recuerda con mucha más facilidad los impactos visuales que los contenidos. Así, un logo adecuado te permitirá transmitir con solo una imagen los valores y mensajes que quieras destacar. Te recomendamos que antes de diseñar el logo estudies en profundidad cuáles son tus clientes potenciales, el mensaje que quieres transmitir y lo que hace la competencia. Normalmente, los logos claros, fácilmente reconocibles y con colores neutros tienen un impacto más positivo.
Además, el eslogan -ese mensaje destinado a generar credibilidad y confianza- debe captar la atención del público, ser corto y contundente. Ejemplos de los eslóganes más famosos de los últimos años son I’m lovin’ it de McDonald’s, Just do it de Nike o Impossible is Nothing de Adidas.
Beneficios de una buena imagen corporativa
¿Qué beneficios puede reportar para tu empresa una imagen corporativa positiva? En primer lugar, el hecho de tener una identidad propia vinculada a los valores y la cultura de la empresa permite una diferenciación de la empresa en el mercado frente a la competencia. Las empresas tienen un impacto sobre el público, todos tenemos una opinión más o menos favorable sobre las empresas e instituciones que conocemos. Así que trabajar en la estrategia corporativa te permitirá mejorar la imagen que el público tiene.
Por otro lado, definir los valores de la empresa y su representación visual posibilita que puedas usar estos marcadores visuales de la empresa en distintos canales. Por ejemplo, al definir el logo o el eslogan podrás incluirlos en tus redes sociales, comunicados oficiales, notas de prensa, ruedas de prensa, eventos, web, mailing.
Asimismo, definir la estrategia de comunicación a nivel visual y de contenidos dará unidad a todos los elementos comunicativos. Repetir los mismos mensajes y valores, con una misma tipografía y línea gráfica en los distintos canales creará una percepción sólida de la empresa. A través de estos mecanismos se facilitará el reconocimiento de la marca en cualquier situación y se creará un sentimiento de unión entre todos los usuarios de la marca, que se sentirán identificados con los valores de la marca.
En resumen, planificar y establecer una imagen corporativa acorde con el espíritu de la empresa implica que todos los mensajes defenderán los mismos valores y misión, fomentando la credibilidad y confianza entre el público.
Consejos para diseñar tu imagen corporativa
Lo más importante es centrarse en la filosofía y la cultura de la empresa. Decide cómo quieres que sea, trabaja para conseguirla y consigue que lo que se refleje de ella (a través de la misma empresa y de las publicaciones en los medios) represente su valor intangible. Además, ten siempre en cuenta quién es tu público, el destinatario de tus mensajes y contenidos. Conocer cuál es tu público objetivo te permitirá delimitar el contenido y los canales a través de los cuales te quieres comunicar.
¡No olvides ser coherente! Sé fiel a tu imagen corporativa siempre que te comuniques con todos tus públicos. Adopta una línea gráfica, color, tono, etc, que se corresponda con el público y el ámbito de la organización y úsalo en todas tus comunicaciones. Por último, te recomendamos que trabajes en profundidad los mensajes con los que quieres que se identifique tu empresa. Éstos estarán relacionados con la concepción global de la empresa y al convertirse en parte de la identidad, lo más probable es que sean mensajes duraderos en el tiempo.
Así que, antes de precipitarte, reflexiona con serenidad y escoge estratégicamente todos los elementos que te hemos comentado. Una parte muy importante del éxito de una empresa es cómo se comunica y relaciona con el entorno, público y stakeholders. ¡Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad y que te ayude a crear o perfeccionar tu gran proyecto!