Después de la revolución que supusieron en su día los audios de WhatsApp (haters gonna hate!) y el auge de los podcasts, era de esperar que, tarde o temprano, el formato audio diese el salto definitivo para hacerse un hueco en el mundo de las redes sociales.

Así que, sin más dilación, tenemos el placer de presentaros la nueva red social que lo está petando entre los amantes del sonido: ¡Clubhouse!

Es posible que aún no hayáis oído hablar de ella, o quizá sí y hayáis escuchado aquello de que con Clubhouse se puede hablar con personalidades de la talla de Oprah Winfrey o Ashton Kutcher (por fin que esté en la lista de los 10 permitidos tiene sentido). Sin siquiera llegar al año desde su lanzamiento, la aplicación que ya cuenta con más de 2 millones de usuarios aterriza en España para poner a Twitter contra las cuerdas.

El objetivo principal de la red creada por Rohan Seth y Paul Davison es, blanco y en botella, que la gente hable. Así que ya podemos decir adiós al postureo de imágenes y los textos intensitos porque en Clubhouse lo que manda es el audio. Esta nueva app permite a sus usuarios acceder a salas virtuales y foros donde debatir y charlar con los allí presentes – que tiemble ForoCoches.

Estaréis con nosotras en que hasta aquí todo es pura fantasía. Por fin ese amigx que no deja de dar la turra por los grupos de WhatsApp con audios duración podcast tendrá a alguien dispuesto a escucharle. Pero no todo iba a ser coser y cantar. Igual que en otros clubes exclusivos, a Clubhouse solo se puede ingresar con invitación de alguno de los usuarios activos – el “yo voy con este” de toda la vida, vamos – y, además, por el momento solo está disponible en iPhone (sorry, Android).

Pero… ¿Existe lista de espera o algún sitio que sea algo así como la cola de la discoteca?

Nos alegra que nos hagáis esa pregunta porque la respuesta es un rotundo SÍ. Podéis respirar tranquilos. Si aún no sois colegas de Oprah, tenéis la opción de poneros a la cola solo con 2 sencillos pasos:

    • Descargar la app (de nuevo sorry, Android).
    • Reservar vuestro nombre de usuario (aprovechad ahora antes de tener que incluir 10 barras bajas entre vuestro nombre y vuestro apellido).

 

Cuando entremos en la lista de espera, la app les dará un toque a los usuarios de vuestra agenda que estén en Clubhouse, a ver si alguno se apiada de vosotros y os deja entrar en el Olimpo. Al inicio cada nuevo usuario cuenta con dos invitaciones y a medida que se va ganando veteranía dentro de la red, este número va aumentando.

Una vez dentro encontramos diferentes salas, cada una sobre una temática distinta y con un moderador – la persona que la creó – donde tenemos la opción de participar en el debate o, simplemente, permanecer como oyentes. También existe la opción de crear una nueva sala en caso de que el tema del que nos interese hablar no esté presente en las que ya existen.

Al acceder a Clubhouse tendréis que crear un perfil con foto y bio, y podréis conectar vuestra cuenta con la de Twitter o Instagram. Además, como ya es habitual en este tipo de apps, Clubhouse nos muestra distintos intereses entre los que seleccionar los temas que más nos gusten y así recomendarnos foros, personas o grupos que puedan encajar con nosotros.

Volviendo al tema del moderador y por si alguien tenía dudas, este es el dueño y señor de la sala y entre sus poderes (y responsabilidades) se encuentran:

    • Convertir a los oyentes en speakers. Si queremos pasar de “modo voyeur” a “modo participativo” solo tenemos que “levantar la mano” para que el moderador nos ceda la palabra.
    • Silenciar usuarios. De hecho, Clubhouse cuenta con una política muy estricta para garantizar la buena convivencia entre contertulios. En caso de detectar comentarios discriminatorios o algún tipo de trolleo, la app puede ser retirada de forma permanente. ¡Y OJO! Porque, en caso de darse esta situación, el usuario que invitó a la persona sancionada también será vetado en la app durante dos semanas.
    • Dar por finalizada la charla cuando considere oportuno.

 

Por otro lado, dos cosas interesantes de Clubhouse son que las conversaciones que se dan en ella no se transcriben ni se graban, solo se almacenan durante el tiempo que permanece activa la sala en la que se dan; y que a partir de las 22:00 se prohíbe hablar sobre tecnología y se genera un ambiente de bar que, tal y como están las cosas, a más de uno seguro que le soluciona el viernes noche.

Pero como era de esperar, Clubhouse no iba a ser la excepción a eso de dar el campanazo y que le salgan competidores. Como decíamos al principio, la nueva app ha conseguido poner a Twitter contra las cuerdas. Tanto es así que este ha contraatacado lanzando Twitter Spaces, que ha visto la luz en diciembre de 2020.

Spaces, como su propio nombre indica, permite a los twitteros crear y moderar su propio espacio dando (o no) la palabra a cada nuevo contertulio que solicite entrar. Eso sí, proporcionando herramientas para el control de trolls. De hecho, Twitter ofrecerá inmediatamente estas herramientas a aquellos usuarios que ya son atacados de forma frecuente en 280 caracteres o menos.

En definitiva, como avanzamos en el post de tendencias del mes pasado, el gran reto de 2021 es conseguir humanizar a pesar de las circunstancias, empezando por ponerle sonido a las palabras.