Aunque a veces en la vida improvisar puede ser algo muy divertido y enriquecedor, cuando hablamos de empresas o marcas, dejarse llevar puede costarnos muy caro. En el mundo corporativo, hacer las cosas porque sí o sin un rumbo fijo es uno de los peores errores que podemos cometer y por eso hoy vamos a hablar de la importancia de la estrategia en marketing y comunicación. Porque, por si a alguien le quedaba alguna duda, SIN ESTRATEGIA NO HAY GLORIA, AMIGOS.
¿Qué es una estrategia de marketing?
La estrategia de marketing es, a grandes rasgos, la hoja de ruta que nos permitirá llegar a nuestro destino de la manera más eficiente posible. Algo así como el Google Maps del marketing, pero sin coletillas tipo “sal de la rotonda por el ramal” (léase con voz de GPS).
Para idear una estrategia, lo primero que debemos definir son los objetivos, ya que si no sabemos a dónde queremos llegar, básicamente, no llegaremos nunca —de cajón, ¿verdad?—.
Objetivos SMART (sí, como los coches)
En cuanto a los objetivos, los marketeros y marketeras siempre decimos que estos han de ser SMART —ya sabes, por sus siglas en inglés—, es decir:
- Específicos: La concreción es fundamental. ¿Qué queremos conseguir? Nada de andarse por las ramas y plantear metas difusas. Vamos al turrón.
- Medibles: Los objetivos han de ser también medibles. De nada sirve plantearnos retos si luego no podemos saber si los hemos alcanzado. ¡Ah! Y como súper consejito del día, medid siempre primero el punto de partida, que luego vienen los disgustos…
- Alcanzables: Milagros a Lourdes, ¿no? Pues eso, con el marketing igual. No somos magos, con lo cual es importante plantearnos objetivos asumibles y realistas que nos hagan crecer de forma controlada y con sentido.
- Relevantes: Que vayan en concordancia con la finalidad última de la empresa. Vender más pantalones, que venga más gente a tu restaurante, conseguir más alumnos para tus cursos online…
- Acotados en el tiempo: También es importante marcarnos deadlines. ¿Cuánto tiempo tenemos para conseguir X cosa? ¿Un mes?, ¿un año? Definámoslo para poder hacer más eficiente nuestra estrategia.
Ahora sí, es el turno de la estrategia
Igual que al viajar podemos ir todo el tiempo en un mismo medio de transporte o combinar varios, con las acciones de marketing sucede algo similar. Aunque existen muchos tipos de acciones, lo complicado es adaptarlas a nuestras necesidades particulares y saber cuáles aplicar, cuáles descartar y cuál será la combinación que nos permitirá petarlo lo más grande, es decir, conseguir nuestros objetivos. Y eso es precisamente la estrategia: el escoger cuáles de estas acciones serán las que nos lleven a alcanzar nuestros objetivos, saber descartar las que no nos interesan y combinar aquellas que sí para crear una ruta que, finalmente, nos permita llegar a destino.
Tipos de acciones
Con los años, los especialistas en marketing hemos ido perfilando distintos tipos de acciones, recursos que nos permiten alcanzar los objetivos de marketing. Existen muchos tipos de acciones distintas, como el marketing directo o el street marketing, pero hoy vamos a hablar de algunos que se encuentran especialmente a la orden del día:
- Inbound marketing: Es que nos encanta. El marketing de contenidos es el rey, el que consigue que el cliente venga a nosotros en lugar de nosotros a él. Por ejemplo, crear un podcast sobre un tema que tenga relación con nuestra marca y que nos permita posicionarnos como expertos en la materia, ganando así notoriedad.
- Email marketing: El clásico que no falla. El email marketing, siempre que tenga sentido, es una de las vías más efectivas de comunicación con nuestros clientes que nos permite cultivar y consolidar nuestra relación con ellos.
- Redes sociales: Facebook, Instagram, TikTok, LinkedIn… Las redes sociales son un escaparate genial para las marcas que además cuentan con la capacidad de viralización. Ahora bien… Estar presente, sí. Pero ¿en cuáles? ¿Y de qué manera? Ahí está el reto.
- Social Ads: O, dicho de otra manera, anuncios en redes sociales. Estos sirven para dirigir tráfico a la web de la marca y obtener conversiones, es decir, ventas.
- Remarketing: El tirar de agenda de toda la vida. Consiste, básicamente, en impactar a usuarios que ya nos conocen para seguir fortaleciendo nuestra relación con ellos, ya sea porque nos han visitado o porque han sido clientes nuestros en otra ocasión.
- SEO y SEM: El SEO nos ayuda a mejorar el posicionamiento orgánico de nuestra web, mientras que el SEM lo complementa a base de anuncios de pago. Vamos, el sueño de Google.
- Storytelling: La estrategia en la que el Abuelo Cebolleta lo petaría muy fuerte, enamorar a nuestros consumidores o clientes a base de historias. Seguro que os suenan los anuncios de Campofrío o los de Estrella Damm, ¿a que sí?
¿Por qué es importante la estrategia?
En definitiva, si queremos que nuestros usuarios o clientes se identifiquen con nuestros valores y nuestra marca, necesitamos una estrategia. Esto nos permitirá:
- Adelantar por la izquierda a nuestra competencia.
- Solventar problemas existentes y detectar otros antes de que aparezcan.
- Sacar partido a los recursos disponibles.
- Ajustar el presupuesto para evitar perder “billets” donde no toca.
- Construir y consolidar nuestra identidad de marca.
Pero bueno. Si, por lo que sea, todo esto se te hace todavía un poco bola, no te preocupes: siempre puedes darnos un toque y encantadas te ayudaremos, tanto a definir unos objetivos de marketing acorde con los objetivos globales de tu marca como a confeccionar la estrategia y plantear las acciones que conseguirán hacerlos realidad. Porque, como decíamos al principio, si una cosa tenemos clara en Oh la là! es que SIN ESTRATEGIA NO HAY GLORIA.