Quién le iba a decir en 2011 al creador de “Black Mirror”, Charlie Brooker, que escasos diez años más tarde la población mundial se vería inmersa en lo que bien podría ser uno de sus episodios más comentados.

A principios de año hablábamos aquí mismo de que empezaban los “Locos años 2.0” ganándonos el título de videntes (sin ser nosotras nada de eso). Pero llegados a este punto, siete meses después de la declaración del estado de alarma, no hay ninguna duda de que el mundo no volverá a ser el mismo que conocimos.

Desde el inicio de esta locura, profesionales de todos los sectores han luchado por mantenerse a flote y adaptarse a la situación defendiendo su sitio en la “nueva normalidad”, esa nueva era en la que el inbound marketing ha demostrado, una vez más, seguir siendo el rey.

Para los que no estéis familiarizados con este “palabro” el inbound marketing no es otra cosa que una estrategia basada en el marketing de contenidos. Contenidos que se difunden a través de diferentes canales y que permiten que nuestros potenciales usuarios nos encuentren, en lugar de ser nosotros quienes vamos a buscarlos.

A la hora de crear estos contenidos debemos evitar limitarnos únicamente a artículos en blogs o posts en redes sociales, e ir un paso más allá arriesgándonos con otros formatos más atrevidos. Esto nos permitirá marcar la diferencia y sobresalir entre nuestra competencia.

Hoy os traemos un formato que se ha estado trabajando mucho últimamente: el webinar.

Este segundo “palabro” nace de la fusión en inglés entre web y seminar. Y como su propio nombre indica, hace referencia a cursos, charlas, ponencias o talleres que se imparten de forma online a través de Internet.

Como en las conferencias standard, hay un ponente que comparte su sabiduría con el público, pero en esta ocasión lo hace a través de una webcam para todos aquellos usuarios que se hayan inscrito en el webinar, con los que podrá compartir ideas a través del chat de la aplicación y así conservar ese punto de interacción humana que nos recuerda que aún no vivimos en Matrix.

Con estas características es lógico que los webinars vuelvan a estar a la orden del día. De hecho, hasta ahora hemos visto o experimentado algunas de sus aplicaciones: sin ir más lejos, el nuevo formato de enseñanza a través de las clases online en colegios, institutos y universidades de todo el mundo.

Pero… ¿qué otras ventajas puede aportar este formato a una empresa al margen de la situación actual?

Pues unas cuantas, la verdad.

  • Comodidad. No exigen desplazamientos a los asistentes. Tu público puede quedarse tranquilamente en casa y disfrutar de la charla que, de ser presencial, ocurriría a miles de kilómetros de sus sofás.
  • Accesibilidad. Como público, para poder acceder a un webinar solo necesitamos un dispositivo, por ejemplo un ordenador.
  • Flexibilidad. Los webinars tienen lugar en una fecha y hora concretas, pero normalmente también son grabados, lo que permite a los usuarios verlos en otro momento y a las compañías, ampliar su potencial audiencia.
  • Alcance. Igual que eliminamos el desplazamiento, también eliminamos el límite de aforo, lo que se traduce en muchos más asistentes.
  • Viralidad. Como hemos comentado, los webinars pueden grabarse y pasar a formar parte de nuestra estrategia de contenidos también en otros canales. O sea, un ¡perfect match!
  • Leads. Es una vía estupenda para hacer crecer nuestras bases de datos con todos los usuarios que se hayan registrado a través de la landing page.

Como veis, los webinars son una de las acciones estrella de los Locos años 2.0, así que no le deis más vueltas y tiraos a la piscina. Os aseguramos que hay agua.

¡Palabra de Oh la là!